Noticias que hacen que nos estampemos la cara contra la pared.
Noticias inesperadas, que irrumpen con nuestra rutina y nos conducen a replantearnos muchas cosas. Lágrimas nos brotan de los ojos al escucharlas, antes de siquiera haberlas comprendido, mucho menos asimilado. Los pelos se nos ponen de punta y un millón de pensamientos y sentimientos nos invaden por completo.
Hacen que nos estrellemos contra una realidad inminente, no sintiendo el dolor sino después de un tiempo.
Son de esas noticias que preferiríamos desconocer, y sin embargo no podemos evitar.
Nos desestabilizan, nos sacuden, y hasta en algunos casos nos destruyen.
Uno se toma su tiempo para poder volver a lograr un equilibrio, y valla que es difícil.
[Están quienes no lo logran y desisten.]
Nos desestabilizan, nos sacuden, y hasta en algunos casos nos destruyen.
Uno se toma su tiempo para poder volver a lograr un equilibrio, y valla que es difícil.
[Están quienes no lo logran y desisten.]
Es como un desafío; como si a un niño amente de los rompecabezas le desarmaran uno de sus juegos ya terminados, lo mezclaran, le quitaran algunas piezas y se lo arrojaran por la cabeza, acompañándolo con una frase desafiante, parecida a; "Y ahora qué?"
El niño, luego de experimentar diversos sentimientos tales como el enojo y la tristeza, puede comprender que no tiene otra opción que intentar reconstruirlo, poniendo cada cosa en su lugar, quizás alterando algunas piezas para que "sustituyan" a otras, por más complicado que sea, o por más insustituibles que sean las faltantes. Y aún sabiendo que por mucho que se esmere no será lo mismo, intentarlo, entendiendo que no puede gastar más tiempo lamentándose por lo ocurrido.
O bien puede no entender esto, y sumergirse en una terrible depresión.
O bien puede no entender esto, y sumergirse en una terrible depresión.
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