viernes, 13 de enero de 2012

Al teléfono suenan los reproches.
Finge ignorar el sonido, evita enfrentarse con esas palabras que tantas veces escuchó. Esas que hieren, que molestan, esas que sabe no son verdad, pero aún así lastiman.
Se niega rotundamente, porque aún sabiendo que tiene la razón no sabría cómo enfrentar esa situación.
Suena y suena.
Sabe que tarde o temprano tendrá que atender, pero aún así, insiste con retrasar el momento.

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